Mamá sport (o cómo sobrevivir al sacaleches)

Recientemente contaba en este blog que tras convertirme en mamá, tomé la decisión de intentar que la única leche que tomase la fierecilla en su primer año de vida, fuese la mía. Así que antes de incorporarme al trabajo tras 7 meses "sabáticos", leí, pregunté, escuché, ... todo lo relativo al mundo sacaleches. Y tanto leí, pregunté y escuché, que no me decidí hasta que se me echó el tiempo encima. ¡Vaya estrés me supuso la sinergia de estas dos decisiones juntas: seguir con LM caiga quien caiga y hacerme con un sacaleches a menos de un mes de incorporarme! Total para no innovar en absoluto y elegir el archiconicido Medela Swing eléctrico.

En fin, contratiempos aparte, con constancia, firmeza y muchísima pereza fui haciendo migas con mi nuevo compañero de batalla: nada más levantarme (ésta era la cita que más me costaba), en la media hora del recreo (adiós a las relaciones sociales en el trabajo), al llegar a casa después de recoger a la fierecilla (la más productiva) y antes de acostarme (para poner el broche al día). Hubo momentos de todo tipo: de sonrisas (cuando me salían 150ml sin pestañear -los menos-), de lágrimas (cuando apenas salían 30ml), de desesperación (cuando me salió una perla de lactancia que duró meses), de pánico (cuando veía que quedaban dos bolsitas congeladas y era comienzo de semana), ... Poco a poco fui cogiendo mis mañas y trucos varios, que me ayudaron a solventar la situación con éxito considerable: me salía más cantidad si hacía tiempo de la última toma y me sacaba del lado contrario del que había dado de mamar o si estaba concentrada en otra cosa totalmente ajena a la maternidad (lo de mirar una foto de la fierecilla no dio los frutos prometidos).

Entonces descubrí el sacaleches Medela Swing doble y tras encontrar un ofertón en Amazón, ¡me hice con él!. Cuando una adquiere un aparatos como éste, ve las ventajas multiplicadas por dos: doble cantidad de leche en el mismo espacio de tiempo, pero no cae en la gran limitación de tener las manos ocupadísimas sujetando los dos biberones recolectores. O tal vez sí porque la misma marca Medela vende un sujetador especial para acoplar las copas y solventar el problema, por supuesto, a precio de oro. Así que agudizando el ingenio y siguiendo el sabio consejo de una amiga, me hice uno casero con un top de deporte del Decathlon (9,99€), dando paso a la leyenda de Mamá Sport, que poco tiene que ver con un entrenamiento de fitness (he preferido aclararlo desde el título de la entrada para no crear falsas expectativas). Y lo que antes anunciaba con un "me voy a sacar leche" pasó a ser un elegante y siempre saludable "me voy a hacer deporte". ; oP



Comentarios

  1. Tienes mi admiración absoluta con este asunto!

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    1. ¡Graciaaaaaasssssss! ¡La verdad es que aún no sé cómo conseguí! Hubo momentos de desesperación y agotamiento absolutos. :o$

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  2. ostras!! qué buena idea :) Muchas gracias!!

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