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Mostrando entradas de junio, 2015

Noche de bohemia y de calor.

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Bohemia. ( Del   lat.   Bohemĭus ). 3.   adj.  Se dice de la vida que se aparta de las normas y convenciones sociales, principalmente la atribuida a los artistas.  U. t. c. s. f. Real Academia Española. Ya no sé si se debe a la llegada del estío y su bochorno, que nos hace salir y guarecernos en la madriguera a deshora, pero de lo que no hay duda es de que los (no) aires veraniegos se ha llevado de un plumazo todos los ritmos vitales de la fierecilla: sueño, alimentación, juego,... Justo cuando parecía que ya teníamos establecido cierto patrón de comportamiento: dos siestas matinales, una vespertina, desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, baño a posteriori y al sobre nunca pasadas las nueve...¡ja! Sobra decir que superar los cuarenta grados de temperatura ambiental en la capital nunca es plato de buen gusto, pero con niños/as de por medio se convierte en el peor de los enemigos. ¡Toca jugar al perro y al gato! madrugar para bajar al parque y hacer recados antes d

Fin de curso de película.

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Ayer, como cada final de junio, se dio por termimado el curso escolar. Fue una mañana llena de emociones, donde las sonrisas y lagrimas se repartieron a partes iguales. Entre canciones y bailes (entre los que sonó este temazo "Break the chain", cumpliendo un reto personal), tocó despedir a los/as alumnos/as de sexto, invocando palabras que llamaban a la ¡suerte! y al ¡sé tú mismo!, como ingredientes fundamentales para salir airoso/a en esta jungla vital que es la vida. Ayer, como todos los días, las calles se llenaron de miles de personas invisibles  al seguir la moda, la honda y la movida madrileña hasta convertir la abotonadura de la camisa abrochada hasta el gaznate en el uniforme de la norma. Ayer, como broche final de la semana, me mezclé entre el gentío y fui al cine para ver la película española  "Requisisitos para ser una persona normal" , haciendo uso de mi bono de  papá canguro  (o "papisitter"). Y sin grandes pretensiones ni efectos e

Cajón de sastre.

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Popurrí . ( Del   fr.   pot pourri ,  calco del   esp.   olla podrida-ver enlace   ). 1.   m.  Mezcolanza de cosas diversas, cajón de sastre. Real Academia Española. No sé si será el final de curso, este tiempo de locos, mi nueva adicción al punto o los primeros pasos de la fierecilla, pero el tiempo vuela y los temas se me acumulan por miles. Así que voy a aprovechar el tirón de parar con cierta calma por aquí, para compartir algunos de ellos, aún no teniendo conexión a primera vista. ÚLTIMAS LECTURAS: Gracias a mi colega Gemaluna han llegado a mí un montón de artículos, entrevistas, investigaciones y temas interesantísimos: neuroeducación, deberes, lectoescritura y juego en pro de la infancia. ÚLTIMAS ACTIVIDADES DE OCIO Y TIEMPO LIBRE: "Proyectos Waldorf". El pasado viernes recibimos de la mano de "Montessori para todos" (ver web) un precioso Arcoíris Grimm's grande, que esperemos haga las delicias de la fierecill

Con las manos en la masa

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Es curioso cómo, desde que nos mudamos embarazada de 6 meses y medio, ha ido cambiando la fisionomía de nuestra madriguera, dejando espacio a la nueva integrante de la familia: cambio de mesilla de noche por cuna de colecho, rinconcillo disponible ocupado por un cambiador, el cuarto de invitados transformado en casita de fieras y así suma y sigue. Luego llegó el gateo, que marcó un antes y un después, borrando del alcance toda posibilidad de accidente (de momento, vamos librando). Y ahora, que los primeros pasos asoman tímidamente, la fierecilla lo ha vuelto hacer, nos ha vuelto a ganar la partida de mano y se ha hecho un hueco en la cocina. Bueno para ser sincera, la idea ha surgido de la necesidad adulta de compatibilizar marujeo  y entretenimiento infantil, cuando ninguna de las dos cosas parece poder esperar. Quizás hay quien piense que 16 meses es muy pronto para el juego simbólico, pero para disipar posibles dudas la minicheff se ha marcado un huevo frito (obviamen

1, 2, 3...¡duerme!

Cada noche, al acercarse la caída del sol, tiene lugar el momento de la crianza que menos me gusta (mentiría si dijese lo contrario): dormir a la fierecilla. El cansancio (acumulado y generalizado, de grandes y pequeña), las ganas de conquistar sofá, la mala hora (20.30-21h, que como se alargue la cosa, se convierte en cena a las 23h -hoy sin ir más lejos-),... no ayudan. Sin duda, la cita diaria no está exenta de romanticiamo: oscuridad, baile pegadito, música lenta, caricias tiernas... Pero la cantinela repetida hasta el infinito (y más allá) a modo llamada desesperada al sueño y el mosqueo que le entra a una cuando la audiencia por fin cae y según toca colchón, resurje de sus cenizas con energías renovadas para volver a la carga, ponen a prueba mi poca paciencia, hasta dejarla inexistente. En fin, si hay algo que tengo claro, a estas alturas, es que si algún día me cruzo con el genio de la lámpara maravillosa, le pediría un deseo sin pestañear ni dudar: dominar la técnica de