Noche de bohemia y de calor.
Real Academia Española.
Sobra decir que superar los cuarenta grados de temperatura ambiental en la capital nunca es plato de buen gusto, pero con niños/as de por medio se convierte en el peor de los enemigos. ¡Toca jugar al perro y al gato! madrugar para bajar al parque y hacer recados antes de que el Lorenzo apriente, pasar largas horas a la sombra hogareña y volver a salir caída la tarde, saltándonos las normas establecidas.
Las consecuencias de esta "vida bohemia" no se han hecho esperar: siestas maratonianas (pobre fierecilla al mediodía no puede ni con la fe), cocina non-stop contra apetito de pajarillo (¿a vuestros retoños también se les ha empequeñecido el estómago? Debe ser que el aire calentorro y contaminado alimenta), y...,la peor de las partes, unas ganas de juerga a la hora de dormir que parece poseída por la nocturnidad y la fe recuperada del momento.
¡Con la ilusión que yo tenía de que llegase el veranito...!¡¿Quién me mandaría a mí?! Si ya dice la gente entendida:"¡Cuidado con lo que se desea!" :o/
Ay madre mía!
ResponderEliminarMe consuela saber que no soy la única.
A tomar por saco las rutinas, vivan los berrinches, los "está que no se aguanta el pobre" y a dormir lo que se pueda.
En fin... tendremos paciencia.
Un beso!
Sí es que ya se sabe que los males compartidos...saben a menos.Un gran palcer compartir experiencias y blogs.Muchas gracias, Olga, por arrancarme siempre una sonrisa con tus entradas y comentarios en facebook, además de por parar por aquí y escribir unas letras.Besos enormes!
Eliminarpor acá mantenemos las rutinas de sueño, pero eso si, estamos dentro mucho más de lo que quisiera y de lo que me hubiera imaginado. Hay que huir a las playas y piscinas!
ResponderEliminar¡Jajaja, no puedo estar más de acuerdo contigo! Principalmente, después de observar cómo cae K.O. la fierecilla de vuelta de la pisci; deben ser los efectos secundarios del EAU de cloro. ;oP
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