BLW (Baby Led Weaning): " La que has liado, pollito"


La primera vez que oí hablar del Baby Led Weaning fue a través de mi amiga, Susana; ella siempre está a la última y en cuestión de la AC (alimentación complementaria), no fue una excepción. La segunda vez, fue de boca de Montse Cob en una de sus clases de Yoga para mamás y bebés, donde nos habló de sus beneficios. Entonces me pico la curiosidad y consulté al Sr. Google y fui a parar con el blog de Eloísa, que más tarde conocería precisamente en un taller que impartía ella obre el tema.

Pero, como ya se sabe, de la teoría a la práctica hay un paso y, a veces, un abismo, así que lejos de defender aférrimamente ninguna de las dos posturas enfrentadas: el BLW vs. el papilleo, me limitaré a contar nuestra experiencia en la introducción de la AC (alimentación complementaria).

Cumplidos los 6 meses de lactancia materna exclusiva, tenía claro que la introducción y aceptación de sólidos es un tema vital de superación y maduración en el desarrollo del bebé; he visto cientos de casos dramáticos en el comedor del colegio, donde trabajo como maestra, en los que niños de 3 años lloran amargamente porque, acostumbrados a biberones y triturados, la comida se les hace bola. Por lo que llegado el momento, nos dispusimos a dejar en manos de la fierecilla primero un trozo de plátano, después un cuarto de naranja (¡ojo! sin pelar), seguido de bastoncillos de sandía. Fue toda una sorpresa ver cómo lo/s miraba, jugaba y finalmente lo/s llevaba a la boca, lo/s masticaba y tragaba. Y así, comenzando con la fruta, fuimos introduciendo poco a poco pequeños trozos (bastoncillos de unos 5cm de largo para falicilitar su manejo) de sólidos hasta abarcar una vasta variedad de texturas.

Por supuesto, este proceso no sólo es lento y sucio (de ahí el título de la entrada), sino que además no está exento de sustos (la manzana y la zanahoria encabezan nuestra lista) e inseguridades (la gran pregunta, ¿comerá suficiente?). En esos momentos y en contra de los que aseguran que hacer un mix BLW+purés no es buena idea, la batidora ha sido nuestra gran aliada. Somos de la opinión de que mejor darle de comer una papilla contentos que un trozo con miedo.

En cualquier caso, el BLW ha resultado ser  la mejor las maneras de comer fuera de casa sin cargar con fiambreras varias y de entretener a la fierecilla mientras "aitá" y mamá hacen lo propio, comiendo también.

Para Susana (mami siempre "a la última").¡Gracias!

Comentarios

  1. Un placer compartir con vosotras todos los "descubrimientos" que conlleva esta aventura de la maternidad! Y todos los que nos quedan por descubrir y compartir. ;-) Un besazo familia

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    1. Lo mismo decimos desde aquí porque ¡esto no ha hecho nada más que empezar!. Besos y abrazos a puñaos!!! :o)))

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