Extenuación: ¡Viviendo al límite!

Lo reconozco, me va la marcha. No teniendo suficiente con sobrevivir a la "engañufa" que llaman conciliación, este comienzo de curso me he liado la manta a la cabeza y me he apuntado a un máster online (única modalidad compatible con la maternidad laboral) de Experto en "Convivencia, Mediación en Conflictos y Trabajo Cooperativo en el Ámbito Educativo.


Desde que soy mamá, soy más consciente que nunca de que "elsiempresehahechoasí" no es suficiente y de que la evolución existe y responde a la necesidad y capacidad de aprendizaje y superación humana y animal. Así que cada noche, después de reducir las energías de la fierecilla a fase REM, de darme un minitiempo (nunca suficiente) de reencuentro con el "aitá" y de ponerme al día con las nuevas tecnologías ("guasap", Facebook y mis blogs frecuentes), saco fuerzas de flaqueza para sentarme una noche más delante del ordenador y colgar el cartel de "mission accomplished" antes de que acabe la semana.

Pensaréis que estoy loca, quién me mandará a mí, meterme en éstas. Yo también lo pienso a menudo. Pero, según yo veo y vivo la educación, ésta se lleva a cabo en un medio social, convirtiéndose en un proceso activo, cuyos principales  protagonistas son niños/as y jóvenes, que como personas que son, no pueden dejasr sus emociones colgadas con las chaquetas en el perchero cuando el timbre anuncia el comienzo de la clase. Es por esto que considero vital que mi formación y labor docente aúne esas habilidades sociales y emociones porque sólo así será posible "formar personas autónomas, críticas y con pensamiento propio" (cita textual de la propia LOMCE). Y en éstas me encuentro, buscando las pedagogías más respetuosas hacia las necesidades de mis alumnos/as, que cambian con la misma rapidez que lo hace el mundo.

Que estoy cansada está claro. El lado oculto de la maternidad trae consigo vivir al límite del agotamiento e incluso llegando a rozar el límite del colapso. No obstante, días en los que, como hoy, nos levanta una noticia desoladora de un nuevo atentado terrorista, de lo que realmente estoy cansada es del miedo y la violencia que nos rodea. 

Así que hoy lo tengo más claro que nunca, puede que esté loca, sí, pero convencida de que un nuevo mundo es posible, donde el diálogo, la cooperación y el aprendizaje mutuo deben ser el camino y el motor de nuestras vidas. Sólo así los conflictos podrán convertirse en oportunidades de encuentro y unión, deterrando toda muestra de fanatismo y horror.





Comentarios

  1. ¡ Qué difícil es nadar a contracorriente ! Otro mundo es posible y nuestros granitos harán montañas!
    Eres muy valiente y eso es admirable.

    MaRia

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    1. ¡Jo, gracias! Lo mejor es que no estoy sola y hay más gente valiente por el camino, para empezar tú, ¡yo también te admiro!

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