Caricias: tiempo en pareja


Caricias, tiempo y pareja conforman ese triángulo de las Bermudas, donde fue a desaparecer mi líbido tras convertirme en mamá. El cansancio acarreado por los turnos de 24h, la revolución hormonal y la lactancia materna hicieron que no me quedarse ni una ápice de energía para sentir deseo sexual alguno.

De hecho, tuvo que pasar algún tiempo no sólo para poder ducharme en más de 5 minutos (placer orgásmicos donde los haya después de meses batiendo récords insospechados), sino para retomar aquellas caracias cómplices en pareja con la pausa y el regocijo que el momento requería. Lo peor del asunto es que recuperada la oportunidad de disfrutar del reencuentro y los mimos, éste suele venir acompañado de horas intempestivas y agotamiemto al límite del colapso.


Afortunadamente, la vida tiene maneras muy curiosas de echarnos un capote, aunque sea para animarnos a confiar en ella y no tirar la toalla a la primera de cambio. Y en esas nos vimos el "aitá" y una servidora el pasado sábado disfrutando de una mañana mano a mano, jugando, bailando y masajeándonos, como si el tiempo se hubiese parado en ese preciso instante en el que las pieles de la costumbre vuelven a ser novedad. Sin duda, un regalo para los sentidos y un chute de frenesí renovado, donde el tiempo de pareja se mide en caricias a flor de piel.


¡Gracias, Silvia, por tu magia!


Comentarios

  1. Un regalo para mí...presenciar y observar tanta belleza!
    Abrazos sin tiempo.
    Silvia O.
    asanasoul.wordpress.com

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    Respuestas
    1. ¡Qué bonita eres! Sin duda que repetiremos, para sumarse a las buenas costumbres que hemos descubierto gracias a ti: shiatsu, paseos serranos y días interminables en la mejor de las compañías.¡Qué bueno es tenerte en nuestras vidas!💚

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