FIERECILLALAND: propiedad privada.
La dulce espera pone en el disparadero un sin fin de imágenes mentales, ilusiones, planes, proyectos, novedades, cambios a corto y largo plazo, ... todos ellos con un único fin: recibir y acoger al nuevo o nuevos miembro/s de la mejor manera posible. Y para que el asunto no nos pille "en ropa interior", a medida que se acerca el gran momento, nos viene a echar un cable el famoso síndrome del nido , abocándonos al marujismo sin remedio. Precisamente el nido es uno de los temas que más quebraderos de cabeza trae en el asunto. Además, para más inri, la publicidad no pone mucho de su parte: barreras a los cuatro costados, lejanía de los progenitores, orden impoluto e irreal. He de reconocer que antes de estrenarme en esto de la maternidad, yo también imaginaba cuartos de bebé como éstos. Afortunadamente, gracias a la experiencia de madres cercanas, que nos aconsejaron la cuna de colecho como único mobiliario necesario para los primeros meses o incluso años (siempre...