¡MUY BIEN dicho!

Este verano tenía una conversación con la tía A. sobre si era bueno o no elogiar las acciones o logros de las fierecillas. Las dos nos dedicamos a la enseñanza, o más bien, al aprendizaje continu(ad)o y haciéndonos eco de las últimas corrientes pedagógicas, iniciamos un debate en el que no supimos muy bien a qué conclusión llegar. 


Por un lado, está el conductismo, en el que el perro de Paulov y Súper Nanny ponen la imagen más populista. Esta corriente defiende que todo refuerzo positivo -ver entrada-, en este caso, los elogios, hace que no sólo se repita la acción deseada, sino que se mantenga en el tiempo.

En el otro extremo, están los nuevos paradigmas de crianza respetuosa, en los que la expresión ¡muy bien! queda enviada al más absoluto destierro por evitar crear yonkis de la aprobación externa, entre otras razones. Aquí os dejó esta entrada que las resume en cinco.

Y yo, que soy de la opinión de que ni tanto ni tan calvo (vivimos en sociedad y como tal es inherente el deseo de pertenencia y reconocimiento), hoy he leído esta entrada que me ha parecido muy interesante y muy a favor de mi propio pensamiento: "50 frases que hay que decirles a los niños"; todas ellas nos dan una muy buena alternativa al ¡muy bien!, sin dejar de reconocer y compartir los grandes logros de estos pequeños/as (díc. de corta edad) MAESTROS/AS. 

En fin, ¡el debate está servido! ¿Alguien más se moja?


Comentarios

  1. La verdad es que es un tema peliagudo, sobretodo cuando te enfrentas a él en la práctica. Creo que es muy complicado abandonar de golpe eso que, al menos en mi caso, he heredado y oído siempre. Personalmente intento medirme y no creo que el exceso sea bueno, pero tampoco creo que el destierro absoluto sea lo mejor, es decir, que ¡muy bien! sea el más absoluto fracaso. Relajación y justa medida. Por cierto, me encantan las 50 frases!!

    MaRia

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    1. Buah,yo estoy en las mismas,desaprendiendo poco a poco y ¡cómo cuesta! De momento,las 50 frases me han resultado cuanto menos inspiradoras,me alegro de que a ti también te hayan gustado.;o)))

      Bss!

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  2. yo hay veces que no puedo evitar decirle que me pone muy contenta que haya aprendido a hacer algo, y la verdad, no creo que esté mal. No solo alguien adicto a los elogios disfruta a veces de un piropo, no? Abrazo Aran!!

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    1. A mí muchas veces se me escapa llevada por el subidón de ver su cara de entusiasmo y el orgullo de madre que me desborda por los cuatro costados. Un beso y gracias por pasarte por aquí ahora que ya no nos leemos y vemos tan amenudo!

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