¡MUY BIEN dicho!
Este verano tenía una conversación con la tía A. sobre si era bueno o no elogiar las acciones o logros de las fierecillas. Las dos nos dedicamos a la enseñanza, o más bien, al aprendizaje continu(ad)o y haciéndonos eco de las últimas corrientes pedagógicas, iniciamos un debate en el que no supimos muy bien a qué conclusión llegar.